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Introducción: “Olvena, roca para el olvido”… si no recuerdo mal era el título de un reportaje de una revista que, tiempos “A”, dio a conocer, por primera vez en los medios de publicación gráficos especializados para los escaladores, este grupo de paredes sobre el que cuelga, a modo de nido de águilas, el ancestral pueblo de Olvena.
Se trata de un núcleo urbano reducido y concentrado, por encima del congosto que separa las planicies de Graus de las tórridas tierras de Barbastro. La carretera que accede a Benasque pasa por allí, y de bien seguro que nuestras miradas de montañeros, habrán depositado su interés, más de una vez, en la recortada cresta que delimita el Peñón de Santo Cristo.
Y santo se llama, puesto que en su cumbre se sitúa el camposanto de Olvena, o sea, el cementerio. ¡Qué sensación tan extraña, cuando concluimos la cresta llagando a las paredes blancas de los nichos, salvaguardadas por las siempre funestas sombras de los cipreses!
A pesar de tan sombrío final, no hay duda que estamos ante una de las crestas más atractiva del pre – pirineo, muy apropiada para entretiempo o para engañar a las tardes de verano, cuando la orquesta filarmónica interpreta, cada día y en sesión continua, las tardes de tormenta en las montañas más alta. Aquí, en verano, raramente llegan los temporales. Las nubes grises acostumbran a quedarse más al norte. En Olvena, en verano, todo es aridez, polvo, un hastío que penetra por todos los rincones, hasta lo más profundo de la sonrisa de sus habitantes, hartos ya de tanto calor.
Nosotros, para no dejarnos caer en la apatía, seremos veloces en la visita. Disfrutaremos del paseo previo por las calles del pueblo, de la cómoda bajada en sentido descendiente, del fotográfico puente sobre el Ésera, de la roca cálida y de buena calidad. Y marcharemos dejando bien lejos el camposanto de los silenciosos, no sea que perturbemos el descanso eterno. De vuelta a las casas no hay bar, no hay restaurante, no hay local social donde saciar nuestra sed. Sin más preámbulos, tras la curva de la carretera, dejaremos Olvena en su eterno olvido.
Cumbre principal: PEÑON DE SANTO CRISTO
Dificultad: Difícil inferior. Un paso de V -.
Horario: De 2,00 a 3,00 horas
Primera ascensión: sin datos
Material útil: Tascones y friends pequeños. En la cresta encontramos pitones antiguos.
Punto de partida: El propio pueblo de OLVENA.
Acceso: Por carretera asfaltada mediante el saliente que nace en el trayecto de carretera que va de BARBASTRO a GRAUS.
Aproximación a la cresta: Desde la parte alta del pueblo, nace el camino descendiente en dirección norte que baja hacia el rio. Es el conocido como camino viejo de Olvena. Justo antes de llegar a la parte más baja de la cresta, podremos abandonar el camino y acceder a la misma. Muy evidente. Contar 30 minutos de cómoda aproximación.
Recorrido: La crestas tiene su inicio en la vertiente noroeste, un poco más arriba del último contrafuerte donde encontramos una zona equipada para la escalada deportiva. Tomamos unas placas tumbadas que están a la izquierda de una llamativa y caótica chimenea. Sin duda las placas son la parte más obvia para acceder al cordal, al ser la defensa más débil que nos permitirá llegar al filo de la cresta. Ganamos las placas intercaladas con terrazas (IVº). Escalada muy sucia, herbosa y terrosa sobre roca mala, — sin duda el tramo más desagradable del periplo –, para llegar a una fisura que sube en diagonal hasta un árbol (IVº/IV-), donde tomamos el filo de la cresta. Subimos por el lado opuesto, por unos bloques fisurados (III+, pitón), hasta una ancha repisa. Escalamos el muro de roca excelente (IIIº) hasta lo alto de la arista. La cabalgamos por un tramo aéreo (IIª) para llegar al pie de un muro compacto que ganamos mediante una escalada de finura (IV+, 2 pitones) que pronto pierde constancia y dificultad (IIIº). Un nuevo tramo horizontal y muy aéreo nos conduce al pie del último resalte, que a primera vista parece realmente difícil. Reunión de pitones.
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Autor PAKO CRESTAS. No se permite la reproducción total o parcial del presente reportaje sin el consentimiento expreso y escrito del autor.
2. Muro compacto de escalada fina (IV+)
3. Muro de 40 mts (IVº)
4. Techito. Presa abundante (V-)
5. PEÑON DE SANTO CRISTO
Ganamos el muro de 40 metros por el centro, 1 pitón, mediante una escalada franca y vertical (IVº). A media altura encontramos un diminuto techo que no nos debe asustar, ya que la presa es abundante, la roca excelente y no cuesta mucho superarlo (IV+/V-). Por placa de III+ llegamos a lo alto del muro. Seguimos la superficie que lo corona hasta llegar a una breve destrepada de chimenea (IIIº), que nos deposita en un rellano. Seguimos por pedregal y matorrales hasta la cumbre, donde encontramos el cementerio y las calles de OLVENA. Cumbre del PEÑON DE SANTO CRISTO
Descenso: Nulo, o más bien simbólico. Debemos “callejear” por las casitas de OLVENA hasta encontrar el lugar donde habremos estacionado el vehículo.
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